Ciudad Universitaria está finalmente de regreso este otoño 2010. Te invitamos a que te conviertas en colaborador de nuestra página dedicada a la creatividad del departamento de español en CSULA. ¿Qué esperas? Manda tus escritos o lo que necesites expresar através de esta válvula de escape.
Estén atentos para enterarse de la fecha límite de nuestra próxima edición. Pueden mandar sus escritos, fotos, pinturas, música, lo que se les ocurra a aee.csula@gmail.com, escriban como título en su correo "Ciudad Universitaria".
¡Esperamos leerlos pronto!
Atentamente,
Ciudad Universitaria
12/10/10
Después de estar ausentes por algunos meses, ¡estamos de regreso!
16/4/10
Desgraciadamente por falta de contribuciones no se publicó una edición de invierno completa, pero éste trimestre esperemos que sea mejor. Recuerden, su poesía, escrito, cuento, o reseña podrían haber estado aquí. Así que no esperes y colabora ya. El tema de la próxima edición es tema libre, ¡tú decides!
Las palabras dan vida a la música y esto se convierte en el arte más directo, que entra por el oído y llega al corazón:
http://new.music.yahoo.com/videos/CarlosBaute/Colgando-en-tus-manos-con-Marta-Sanchez--217230537
15/4/10
Jesús Gastelum
Trabajo escrito en base a los doce temas interpretados en el álbum "Revolución de Amor," por el grupo musical Maná.
Cuando el Señor se hastió
Del pecado del hombre
Bajaron los doce ángeles
Apóstoles de Cristo
A la cima de un alto cerro
Con un caracol blanco
Cada uno erguido.
Y mientras nos arrodillábamos fueron cerrándose
desde el oriente hasta el poniente las nubes oscuras.
Y el primer ángel sonó su cuerno en arrobamiento
causando un viento tan fuerte que desvistió los pinos
Y procedido éste por un canto de dolientes reclamos
fue tumbando las estatuas blancas de las tumbas.
El primer ángel manifestó su canto entre sus dientes apretados
Y distinto fue a los otros porque era dividido en tres fragmentos
Y cada fragmento guardaba un llamado:
El primer fragmento reclamaba algo respecto a los tiranos
que hubieron en la historia de injuriar a su hermano.
Vi unos cuervos, al cesar esas palabras,
Salir de sus cuevas con las alas ardiendo
Y buscaban el agua para segar las llamas
Pero no encontraban ni una sola charca
Porque el Señor les nublaba la mirada
Y así tuvieron que morirse en el viento
Hasta caer de bruces sobre a la tierra.
El segundo fragmento se quejó de los pueblos que estos
Tiranos habían arrebatado por cultivar su laurel ajeno.
Y el tercer fragmento reclamó ante el espíritu enfermo
Que no obra sino en deslealtad y codicia.
Al cesar del tercer fragmento recuerdo haber visto
Unas cadenas desceñirse en cenizas sobre la tierra
y unos esclavos locamente a los pies de los cerros
Huyeron a reverenciar los santos redentores.
Entonces dobló su cuerno el tercer apóstol,
y las olas todas vi alzarse más alto que las torres del oriente.
Esta su voz fue más ligera y clara, pero firme, sin embargo.
Y doblaron las campanas de los más antiguos templos.
Algunos derrumbáronse mientras oraban dentro de ellos,
y otros permanecían inmóviles de pie.
Sus versos imploraban por la fe infinita, y asimismo
lamentaban las querellas que extinguían al hombre.
El viento no cesaba de doblar los campanarios,
y las enormes olas permanecían a lo alto.
De pronto el viento que arrastraba una piedra
Me arrolló tan lejos hasta que perdí mi juicio.
Y al tiempo que desperté vi que ya el penúltimo
alzaba su cántico alado entre las cimas.
El más grandioso, sin embargo, fue el canto último de ellos.
El ángel proclamaba el corazón de todos los hombres y mujeres.
Que "hemos de salvarnos si nos contenemos en la gracia del amor."
Parece que hube oído en su canto mientras le besaban en sus manos.
"Amaos hombres y mujeres. Persistid de pie ante las luchas del día."
Y es lo último que recuerdo haber oído y visto bajo aquel crepúsculo.
Algunos pájaros se levantaron de repente entre unos grandes árboles.
Y al mismo tiempo sonaron sus cuernos los doce ángeles discípulos
mientras eleváronse lentamente hasta perderse en el vaho del cielo.
Y cuando ya no lograba verles fueron abriéndose de nuevo los cielos.
A mi entorno todos permanecían en silencio arrodillados, y algunos
largas oraciones repetían en sus labios con sus miradas abajo.
Ya no recuerdo más, bajaron doce ángeles con la esperanza
de suscitar una revolución de amor para redimir al hombre.
Pronto habremos de extinguirnos si no cesamos la contienda,
el mismo ángel, redentor de todos los heridos, me lo dijo
mientras encontrábame inconsciente, inmóvil y absorto,
a los ojos del Padre que nos miraba desde el oriente.
Cuando el Señor se hastió
Del pecado del hombre
Bajaron los doce ángeles
Apóstoles de Cristo
A la cima de un alto cerro
Con un caracol blanco
Cada uno erguido.
Y mientras nos arrodillábamos fueron cerrándose
desde el oriente hasta el poniente las nubes oscuras.
Y el primer ángel sonó su cuerno en arrobamiento
causando un viento tan fuerte que desvistió los pinos
Y procedido éste por un canto de dolientes reclamos
fue tumbando las estatuas blancas de las tumbas.
El primer ángel manifestó su canto entre sus dientes apretados
Y distinto fue a los otros porque era dividido en tres fragmentos
Y cada fragmento guardaba un llamado:
El primer fragmento reclamaba algo respecto a los tiranos
que hubieron en la historia de injuriar a su hermano.
Vi unos cuervos, al cesar esas palabras,
Salir de sus cuevas con las alas ardiendo
Y buscaban el agua para segar las llamas
Pero no encontraban ni una sola charca
Porque el Señor les nublaba la mirada
Y así tuvieron que morirse en el viento
Hasta caer de bruces sobre a la tierra.
El segundo fragmento se quejó de los pueblos que estos
Tiranos habían arrebatado por cultivar su laurel ajeno.
Y el tercer fragmento reclamó ante el espíritu enfermo
Que no obra sino en deslealtad y codicia.
Al cesar del tercer fragmento recuerdo haber visto
Unas cadenas desceñirse en cenizas sobre la tierra
y unos esclavos locamente a los pies de los cerros
Huyeron a reverenciar los santos redentores.
Entonces dobló su cuerno el tercer apóstol,
y las olas todas vi alzarse más alto que las torres del oriente.
Esta su voz fue más ligera y clara, pero firme, sin embargo.
Y doblaron las campanas de los más antiguos templos.
Algunos derrumbáronse mientras oraban dentro de ellos,
y otros permanecían inmóviles de pie.
Sus versos imploraban por la fe infinita, y asimismo
lamentaban las querellas que extinguían al hombre.
El viento no cesaba de doblar los campanarios,
y las enormes olas permanecían a lo alto.
De pronto el viento que arrastraba una piedra
Me arrolló tan lejos hasta que perdí mi juicio.
Y al tiempo que desperté vi que ya el penúltimo
alzaba su cántico alado entre las cimas.
El más grandioso, sin embargo, fue el canto último de ellos.
El ángel proclamaba el corazón de todos los hombres y mujeres.
Que "hemos de salvarnos si nos contenemos en la gracia del amor."
Parece que hube oído en su canto mientras le besaban en sus manos.
"Amaos hombres y mujeres. Persistid de pie ante las luchas del día."
Y es lo último que recuerdo haber oído y visto bajo aquel crepúsculo.
Algunos pájaros se levantaron de repente entre unos grandes árboles.
Y al mismo tiempo sonaron sus cuernos los doce ángeles discípulos
mientras eleváronse lentamente hasta perderse en el vaho del cielo.
Y cuando ya no lograba verles fueron abriéndose de nuevo los cielos.
A mi entorno todos permanecían en silencio arrodillados, y algunos
largas oraciones repetían en sus labios con sus miradas abajo.
Ya no recuerdo más, bajaron doce ángeles con la esperanza
de suscitar una revolución de amor para redimir al hombre.
Pronto habremos de extinguirnos si no cesamos la contienda,
el mismo ángel, redentor de todos los heridos, me lo dijo
mientras encontrábame inconsciente, inmóvil y absorto,
a los ojos del Padre que nos miraba desde el oriente.
30/1/10
¡Estamos de regreso!
Vayan preparándose porque la próxima edición de Ciudad Universitaria estará dedicada a todo lo que tenga que ver con la música ya sea por medio de fotos, canciones, historias, etc. Más en específico queremos que nos envíen esos escritos que desde el punto de vista de ustedes podrían ser la canción hit del momento. Sí, leyeron bien ahora se van a convertir en compositores, así que estén pendientes para más detalles y recuerden qué sería de nuestras vidas sin la música.
"La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso".
Franz Liszt (1811-1886) Pianista y compositor austriaco de origen húngaro.
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