7/4/08

Anónimo

Fuimos arrojados, exiliados hacia ti. El mundo nos expulsó y en tu soledad nos ha tocado renacer. Ciudad nuestra, madre de los marginados. En ti los nadie, ganamos identidad. Cuando la patria de nuestros padres nos dijo que ya éramos muchos como para seguir siendo parte de ella, tú nos rescataste, tú nos adoptaste. Cuando el páramo del Este, que intento devorarte, se dio cuenta que tampoco le pertenecíamos y nos echó sin piedad, tú nos protegiste.
En ti como el fénix, volvimos a la vida. En ti crecimos y en ti nos dimos cuenta que nadie mas nos comprende. Ahora no soy ni del norte ni del sur. Ahora soy de ti y solo tú entiendes quien soy. Solamente tú comprendes mi congoja, mi eterna nostalgia. Únicamente tú entiendes esa desesperación que tus hijos tienen de encontrar su identidad y toleras que no nos demos cuenta que esa búsqueda será en vano, ya que solo en ti somos y seremos.

Todo intento de descubrirnos fracasará. En ningún diccionario encontraremos nuestra definición. Las demás sociedades no se preocuparon en darnos un nombre, así que aceptamos como propio los nombres que sobraron. De esa manera, por mucho tiempo, vagamos sin identidad, intentando ser parte del mundo. Ahora sabemos que nuestro lugar está en ti. Todo lo demás pertenece a un ciclo interminable de vida, del que nunca fuimos y nunca seremos parte.

Nosotros no nos formamos de los mismos pilares que todos los demás. Somos distintos, nadie sabe quienes somos. A veces ni nosotros mismos lo sabemos. Y al mirarnos desde afuera, intentando encontrar un poco de Aristóteles en nuestras creencias nos damos cuenta que estamos buscando en el lugar equivocado. Nadie se percata que ya no somos una ciudad, sino una patria. Que ya somos una cultura nueva y no una mezcla de muchas.

Por ahora hablo un idioma que fue inventado hace mucho tiempo, mucho antes que yo. Pero ahora parimos nuestro idioma, para que el mundo se lo aprenda y lo acepten como otro dialecto. Nuestro idioma ya no es la mala mezcla de dos idiomas, sino la creación de una nueva gramática con esencia propia.

Cuando el universo nos exilió a ti, nunca se imaginó que creceríamos hasta tener un alma propia. El universo nos echó de si pensando que siempre mendigaríamos ser parte de él. El universo nunca creyó que algún día pensaríamos echarlo de nosotros.

Ya crecimos, ya somos. Algunos siguen aclamando una reconquista, una revolución, sin darse cuenta que ya nos hemos independizado del universo que creía nos iba a mantener atados para toda la vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena Raul!

Anónimo dijo...

Wow, muy bueno, felicidades Raul.