Tendido en el viento de mis puros anhelos,
A veces camino los pasillos de tus ojos profundos:
Campanas, cristales de luces rotas, mágicas doblando
Como una galería infinita de notas y canciones secretas.
Una sonrisa se deslumbra del sol en tu cabello
y detrás de ti vas soltando los racimos húmedos
Que perfuman mi camino como dulces jazmines
Y apasionadas rosas desvistiéndose en mi alegría.
He creído que tus manos jugaban en la infancia
con el transparente círculo de la curiosa esfera.
Muñeca, eres la sencilla vanidad de la azucena,
Y como el vino te bebes la ilusión en las corolas.
Mi lámpara divina te concede los sueños,
Y en mi vida surge el país de tu maravillosa libertad.
El viento de mi anhelo gira y se tiende sobre tu alma.
Más allá de tu sueño amanece la isla del encanto.
Lleno de anhelos…
Lleno de anhelos y esperanzas inmensas.
Debo la noble gracia de la vida infinita.
Bajo el pleno arrebato de las praderas amanezco.
En mi claro amanecer, tu felicidad fresca y ligera.
Tú vistes el día en el sueño íntimo de tu piel
y el día te tiende en el alma toda la paz celestial.
Oh, espléndida heredera del breve milagro.
Prímulo gérmino de corazón castaño.
Remolino de estupor, eleva mis sentidos hasta el cielo.
Espeso aumento de lilas. Sutil invasión de amor.
Tu alma entró mi ventana de suaves fragancias
Traída lárgamente por las hojas de mi libertad.
A través de ti un sol frágil y alegre se inclina
De modo que al beso lento me alimentas el alma.
Mis sueños caen en las profundas redes de tu corazón
Y entonces emergen pájaros que despertaban en deleite.
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