2/11/08

Tercera Edición-Otoño 2008

     A solas, buscamos una salida a la incertidumbre de no saber dónde colocar esas palabras que nos persiguen. Un espacio lleno de ansiedad, donde los dolores de cabeza, las mordidas de uña y los pasos perdidos en algún parque nos hacen desembocar en una silla (o el mueble de preferencia) e iniciar una búsqueda. La cual tal vez disfrutemos o se convierta en una batalla interminable entre el dolor y el placer. Ansiaremos y desearemos inspiración, pero muchas veces no responderá a nuestra invocación. Así que abandonaremos ese deseo y eligiéremos la silla de algún bar, la pista de baile, la anatomía humana, las risas de amigos o un plato de comida caliente en familia. 

     En algunas ocasiones serán la muerte, el amor o el enojo, que nos incitarán a regresar a ese asiento y retomar la batalla. A intentar que esas palabras dejen de ser inciertas y provocarlas a que giren, vibren y se vuelvan palpables ante alguna página amarillenta o brillante y digital .

     La inmortalidad de la escritura no es algo que nos preocupa. Todos tenemos algo que decir y a nosotros nos importan los que se atreven, los que se enfrentan a la temida página en blanco y tienen el valor de hacer sus palabras tangibles. Te retamos a tener la osadía de hacerlas mortales. A ser como los valientes que llenan esta página que alguna vez, como muchas, también estuvo vacía. 


Fecha límite para la próxima edición: 15 de Diciembre, 2008



* En ESTA edición, Ciudad Universitaria no se hizo responsable de la edición de los textos presentados. Además, todos estos han sido publicados con la autorización de los autores y son de su propiedad. A todos se les dio plena libertad temática y de extensión. Esta libertad implica responsabilidades y nadie mejor que ellos para atenerse a las consecuencias. Al lado derecho podrán encontrar el email de cada uno de ellos. Para cualquier duda, pregunta o reclamo acerca del texto, por favor dirigirse directamente al autor.

Thania Muñoz. 

Adán Pereira

La Noche Azul

Tus palabras, tenue azul
Relajantes como manos
Se me enredan como tul
Cada vez que nos amamos.

Bebemos ávidos el vino
Dulce néctar de los dioses
Cual nómadas en árido camino
De prisa, silenciando nuestras voces.

La débil luz, enferma de brillo
Es testigo fugaz del delirio,
Tus manos y mi piel como un río,
Corriente de sudor, y un beso mío.

Mi cuerpo vibra y tiembla como hoja
Que el viento arrulla, luego despoja
Como arranca violento de la rama,
El fruto de tu amor, mi bella dama.

La noche resbala como lluvia,
Las horas tristes nos ven y luego lloran
Perciben luz, es la hora del alba
Triste la noche acaba, la pasión aflora.




Solo

Tan solo, estando tu al lado de mis brazos
Tan vacío, con tu cuerpo completo
Con tu rostro y con tus manos,
Esta mi cama tan vacía
Mitad tuya, mitad mía
Y me revuelvo en mis sueños
Y te veo allí a mi lado,
Sin hablarte, sin tocarte
Solo, tan solo
Estando tú a mi lado.

Y las sombras de los árboles
Platican del verano
Cuando las hojas abandonan
El tranquilo mecer de sus ramas
Como abandonas mis caricias
Y las dejas allí por un lado
Solo, tan solo
Estando tu respiración
Tan cerca que siento su canción.
Solo, tan solo
Como esta solo el árbol sin sus hojas
Abandonadas en el viento
Arrancadas como se arrancan mis palabras
Cuando no puedo decir, te quiero
Cuando estas allí, sin estar
Cuando estoy solo, estando a tu lado
Solo tan solo
Estando tu respiración
Tan cerca que,
Siento su canción.




Agosto, 2007





Luna Maria Nebbia

Encuentros de amor


     “¿Vendrá hoy?” se preguntó. Ansiosamente salió del cuarto de clases y su vista se adelantó, más rápido que su cuerpo, hacia la esquina 
donde siempre estaba cuando venía. Cuando su cuerpo llegó al cancel, vió que no estaba all
í. Respiró hondo y se dijo, “A la mejor viene mañana.”

     Mientras caminaba hacia su casa comenzó a recordar desde cuándo se veían de esta manera, a escondidas, y por sólo unos minutos cada semana. Recordó como en un tiempo, que ahora parecía tan lejano, no habían tenido que esconderse; cuando pasaban los fines de semanas juntos disfrutando de la vida, saliendo al parque, o conversando, yendo al cine o al museo, o a los parques de diversión. Qué hermosos esos tiempos. Nunca se hubiera imaginado que un día no podrían hacerlo más. También recordaba cómo después de esos tiempos sin restricciones había llegado otro tiempo en que sólo podían pasar la hora del almuerzo una vez por semana – cierto que era mucho menos el tiempo que podían pasar juntos, pero por lo menos disfrutaban de su mutua compañia durante una hora. Pero ahora eran sólo diez minutos cada semana. ¿Cómo es que había comenzó todo esto? Mirando hacia el suelo mientras caminaba se dijo, “Pero el día llegará en que nada ni nadie nos prohiba vernos.”

     Sin embargo se le vino al pensamiento aquel último día en que habían pasado la hora del almuerzo juntos, cuando se acercó aquella mujer y los separó, y caminaron hacia el cancel, y desaparecieron de su vista, sin un adiós, sin una despedida. Algo terrible había sucedido, y nadie le había dicho por qué se había ido, o si volvería, o si estarían juntos de nuevo algún día. Y por toda una semana había tenido esa incertidumbre, porque no se volvieron a ver sinó hasta la semana siguiente, que fue la primera vez de su primer encuentro en la calle.






     Las semanas habían pasado y los encuentros continúaban constantes. Sólo de vez en cuándo no venía por algún motivo. Pero sabía que en cuanto le fuera posible volvería, y se encontrarían, y caminarían juntos atravezando el parque, y se sentarían en la misma banca y conversarían por diez minutos, y se despedirían, y al fin de los diez minutos caminarían en rumbos opuestos, y voltearían la cabeza hacia atrás para decirse adiós con la mano, y caminarían diez o quince pasos y se volverían de nuevo dos, y tres, y cuatro, y muchas veces más para decirse adiós una y otra vez, hasta que estubieran tan lejos uno del otro que por fin se pierderían de vista. Pero en el fondo los dos sabían que se volverían a ver la semana siguiente... y por ahora, eso sería suficiente para regresar cada quien a su vida cotidiana, a la rutina de la semana, y contarían los días que faltaban hasta que se volvieran a encontrar en la misma esquina.

     “Hoy sí vendrá,” pensó y sonrió mientras esperaba ansiosamente el sonido de la campana a las tres de la tarde. Después de una eternidad, se olló la campana y se apresuró hacia la calle. Y sí, ahí estaba. “¡Ya lo sabía; aquí está; sí vino! Trató de disimular su alegría y se esforzó por no correr. Cuádo por fin estaban frente a frente se abrazaron con ternura, se sonrieron uno a otro, se saludaron, se preguntaron, se contestaron, se sentían felices. Caminaron por el parque, y como otras veces, se sentaron y se tomaron de la mano y se platicaron las novedades de las últimas dos semanas que llevaban sin verse. Los diez minutos se les hicieron diez segundos y se llegó la hora de la despedida, y las sonrisas se borraron de sus caras.
     “¿Qué te pasa, por qué te pones triste?” le preguntó. “Volveré la semana que viene, como casi siempre; tú sabes que vendré,” le aseguró.
     “Sí, yo sé, pero siempre me da tristeza cuando nos despedimos...” dijo mientras miraba hacia el suelo, luego continuó, “... Pero si mi mamá es tu hija, ¿por qué no hace ella lo que tú le dices? Yo siempre hago lo que ella me dice,” preguntó al no comprender por qué tenían que ser las cosas de ese modo.
     “Mijo, los adultos somos muy complicados; un día comprenderás,” le respondió.
    De pronto sus ojos se iluminaron, y con una nueva sonrisa dijo, “¿Pero sabes qué, abuelita? Sólo me faltan seis años para cumplir los dieciocho. Entonces mi mamá ya no podrá separarnos.”
    “Sí, mi muchachito, solamente faltan seis años.”


Feb. 2007

Jesús Gastelum

Soneto de amor a Elizabeth

Alegre me engalana el corazón de danzantes guirnaldas
fulgureciendo de sublimes figuras con tu sinfonía heroica.
Mariposa orquestal. Prisionera de mis esclavas violetas.
Teñida en el más íntimo extremo de mi alma abismal.

Ágilmente fundiéndome con besos de pasiones salvajes
que en el fondo liberan tu húmeda y ligera fragancia.
Combatida en el violento clima de mis cálidos anhelos,
se rompen en ti las cadenas de la definitiva ansiedad.

En mi tierra sombría tienes la última voluntad:
luminoso lirio de sol que de tu mano soltastes
encendiendo la sed eterna de mis corolas lunares.

Oh, los fuegos perpetuos en que el amor fecunda tu nombre.
Tus místicos brazos se roban la luz a tu inmaculada imagen.
La aurora renace en tu alma y alada se extiende en el cielo.




Amor azul


Mujer, oh madreselva frutal, duelo de crepúsculos,
blanca rosa omnipotente de súbito amor mortal.
Como un tigre de tus brazos que me asalta hasta vencerme
dejándome atado bajo el vivo delirio silvestre.

Del cielo cae una rosa y te parte la boca de fresa.
En mi paisaje lejano surgieron del safiro los manantiales de tu
alegría, y las flores más azules sacudieron sus coronas de sueño.
Eres la aurora que tiñe y encanta las campanas de mi alma.

Ojos diurnos y fugaces que el horizonte
me arrebata sin cesar en el sur fulgurando violento.
Y es tu voz profunda ese mar ausente
hacia donde huyen en vano los ríos de mi amor azul.

Sirena blanca, fugitiva y terrestre.
Submergida tras el eclipse marino con tu misteriosa melodía.
Tienes dos caderas que las olas fueron haciendo bajo el firmamento,
allí se templa y yace la luna que divina en tu sueño escarlata.




Raúl González

     Éramos dos extraños en un lugar extraño. Vagando la ciudad como dos fantasmas que no saben que están muertos. Eran las 5 y amanecía con la calma con la que amanece una noche después de carnaval. Ella se desnudaba los ojos dejando caer las gafas sobre la mesa del bar de alguna calle paralela a la calle Montera al que habíamos entrado para escapar del frío de las madrugadas de Madrid. Estábamos agobiados y muertos de hambre, pero solo teníamos para las dos cervezas que yo ya pedía con la mano, las últimas dos de la noche, antes de quedarme dormido bajo un árbol, o en cualquier rincón en donde no pasara mucha gente. Nos sirvieron dos cañas y unas tapas de cacahuates viejos. No nos dijimos nada mientras dejábamos que las manos se nos calentaran, como si las necesitáramos para hablar, como si fuese delito abrir la boca con las manos frías. Las únicas señales de vida en aquel momento las daban una pareja que probablemente no eran pareja. Mas bien debería decir, las únicas señales de vida venían de un señor de mediana edad que le susurraba sabe que tanto a una joven marroquí que intentaba mirarlo a la cara sin tener que mirarlo a los ojos. ¿Extrañas París? le pregunté solo por decir algo, pero ella no me contestó y le dio un sorbo a la espuma. Me pidió que mejor le contara sobre Ámsterdam otra vez, su ciudad favorita a la que nunca había podido ir. Le conté sobre las miles de bicicletas que habitaban la ciudad, de los canales y de los barcos en donde vivían los holandeses, que se distinguían por las macetas que la gente colgaba por fuera: intentos fallidos por hacerlos menos barcos y más casa. Yo desbarataba una servilleta mientras reproducía la niebla que ocultaba los balcones de los edificios más altos con el vapor que se me escapaba por entre los labios. Unos labios desgarrados por un continente antiguo. Un continente, le dije, que se me clavó, con el agua del museumplein, por entre mis Converse rotos. 


     La marroquí y su acompañante habían desaparecido sin darme cuenta. Alcancé a decir, antes de que encendieran la luz del bar (Forma default de comenzar a cerrar), que estaba cansado y que ya no era el mismo. Nada es lo mismo me respondió y se terminó la cerveza de un trago. Le dije que no tenía donde dormir, o tal vez fue ella la que me preguntó que si tenía donde dormir. Le dije que no, pero que no se preocupará. Entonces me quedo contigo hasta que salga tu camión, interrumpió levantando su bufanda y su chamarra que había dejado en la mesa junto a nosotros. ¿Piensas regresar? Me preguntó después de un rato de caminar en silencio. No lo sé todavía, le dije. ¿Vas a extrañar todo esto? No lo se. Para entonces ya era de día y Madrid empezaba a tomar vida, un peatón a la vez. Con la luz, caminar sin rumbo alguno perdía todo sentido. Nos sentamos recargados en una pared que daba a un parque. Yo también quisiera largarme dijo ella, no a mi exactamente, ni a ella misma, más bien parecía decirlo al viento, sin darse cuenta, desde lo más profundo de su alma. ¿Extrañas París? le dije, olvidando que ya le había preguntado sin recibir respuesta. Me tomó la mano enredando sus dedos entre los míos y acomodó su cabeza sobre mi hombro. No es que extrañe París, me dijo bostezando, sino que extraño no estar aquí.






Lely Rouillón

PABLO RUIZ PICASSO (1881-1973)

     Picasso nació en Málaga el 25 de octubre de 1881, era hijo de José Ruiz Blasco y María       Picasso y López. Empezó su carrera artística a los 10 años, cuando hizo sus primeras pinturas y a los 15 Ingreso a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, Picasso es considerado uno de los artistas más destacados del siglo XX. Fue innovador de formas, estilos y técnicas, que lo llevaron a pintar más de 20,000 cuadros. Durante su trayectoria artística podemos distinguir cuatro periodos o etapas; Periodo azul, Periodo rosa, el precubismo y analítico, cubismo y sintético.

     Período Azul: Entre 1900 y 1902. Picasso se establece en Paris y al quedar fascinad
o por el ambiente bohémico de la ciudad, empieza a pintar gente en salones de baile y espectáculos de cafés y bohemia. El Cuarto Azul, muestra su evolución hacia el Período Azul, porque las sombras en azul dominan todo su trabajo. También en este periodo refleja la miseria humana, postrándolo en pinturas de mendigos, alcohólicos, y prostitutas.

    Período Rosa: En este periodo Picasso conoce a Fernande Olivier, su primera compañera quien le sirve de inspiración y así cambia su paleta a rosas y rojos. En este periodo Rosa pinta la figura del arlequín, su otro yo, características y practica que repite contantemente a través de los años.

    Precubismo: Etapa en la que sus obras se ve influenciada por clasicismo Griego, el arte ibérico, y la cultura africana. La obra representativa de este periodo es Les demoiselles d'Avignon. En este periodo Picasso pinta a la mujer desnuda, pero la representa con formas polígonas y angulares.

    Analítico, Cubismo y Sintético: Picasso introdujo el término “cubismo” por sus dibujos de paisajes en un estilo descrito como hecho “por cubos”. Durante el "Cubismo Analítico" se utilizo las combinaciones de colores monocromáticos. Durante ese periodo, Picasso pinto primordialmente instrumentos musicales, objetos de naturaleza muerta, y sus amigos. En 1912, creo su primer “collage” Naturaleza muerta con la Silla, marcando así el periodo cubismo sintético.

     Picasso, en su trayectoria ha producido una cantidad inmensa de obras de arte. En 1963, se inaugura el Museo Picasso de Barcelona, importante institución a la que el propio Picasso dona todas las obras que le pertenecen. En 1973, fallece en Notre-Dame-de-Vie de Mougins dejando una legacía que continua viva en el mundo entero.















Melina Sánchez

Hernán Cortés y las armas del poder imperial

     Desde que existen seres humanos en el planeta tierra siempre han existido conquistados y conquistadores. Nada puede cambiar lo inevitable, pero sí se puede investigar más a fondo las verdades ocultas del poder. Quizás no tiene caso querer demostrar los crímenes que se cometieron tratando de descubrir lo ya descubierto, pues cada cual interpreta la historia a su manera. Mi propósito no es demostrar nada, sino analizarla desde mí punto de vista lo que pasó. Me gustaría comenzar con la vida de los aborígenes y cómo eran ellos antes de la llegada de los conquistadores y su imperialismo. Creo que nada mejor que esto para comprender lo innecesario de tanta violencia hacia ellos. Después analizaré cómo Hernán Cortés y sus encomenderos llegaron, conquistaron y casi terminaron con toda una civilización. Cortés junto a otros conquistadores pudo haber causado más tragedias sino hubiese sido porque, a comparación de otros países, España contó con frailes como Bartolomé de las Casas que denunció lo que estaba pasando. Sin embargo, los españoles ni ningún conquistador hubiesen podido hacer nada sin las armas de ese poder imperial que dominan, dañan y oprimen al otro sólo por ser diferente ¿les suena familiar? Sí, esto efectivamente sucede hoy en día por eso es importante entender y conocer nuestra historia. Especialmente porque normalmente la verdad que se conoce es la historia del vencedor no la del vencido.

     Todo empezó años atrás quizá 20,000 o 40,000, desde que los primeros habitantes llegaron al continente americano desde Asia. A finales del Siglo XV, según Bradford Burns, entre quince y cien millones de personas habitaban el hemisferio occidental, en lo que sería el comienzo de una sociedad multiracial. Entre ellos los amerindios de Tenochtitlán. Los cuales vivían en libertad en una tierra sagrada que no era de uno sino de todos; compartiendo sus alimentos y recibiendo amigablemente a otros, entre ellos los españoles. El aborigen veneraba fielmente a Huitzilopochtli y a Quetzalcóatl. Dioses que ellos veían en cada flor, en cada árbol y hasta en el mismo aire que respiraban. Según dice la leyenda Quetzalcóatl prometió que volvería a la tierra y los aborígenes vieron en Cortés a su Dios y se sublimaron. Además de sus creencias en los Dioses, ellos tenían una estructura familiar que era la base del orden social y económico. No creían en la vida después de la muerte pues para ellos era algo incierto y por eso se tenía que alabar y celebrar a los dioses en vida. Ellos tenían rituales donde bailaban, cantaban y tocaban sus instrumentos para festejarlos y así obtener sus bendiciones. También desarrollaron impresionantes obras arquitectónicas que impresionaron a los españoles a su llegada al Nuevo Mundo. Entre sus más famosos avances científicos se encuentra la Piedra del Sol, un monumento con inscripciones pictográficas que reúnen las ideas cosmogónicas y los conocimientos astronómicos de los amerindios. Todo esto parte de una civilización ya establecida con una religión y estructuras sociales y políticas.

     Cortés al llegar al Nuevo Mundo escribe cartas a los Reyes donde hace alarde de sus hazañas y cuenta cómo encontró todo a su llegada y cómo logró su propósito. Pero también describe una ciudad civilizada, él muestra a los aborígenes sin querer como personas que tenían sus propios sistemas y leyes en orden. Lamentablemente eso no cambia que normalmente siempre se ven como una amenaza aquél grupo de personas que son diferentes; lo más fácil es suprimirlos y despojarlos de todo.

     Los encomenderos por servir a la Corona y por su propio beneficio siguieron asesinando y conquistando otros territorios. Los conquistadores tenían permiso de convertir al cristianismo a los aborígenes que se encontraran y por eso viajaban con ellos varios religiosos. Mas aún, se les quería convertir a los aborígenes por la fuerza, sin pensar que ya ellos tenían sus propios dioses y su propia religión. Por supuesto que ellos no iban a veneran de la noche a la mañana un Dios que para ellos no representaba nada; un libro que no decía nada. Aún peor ¿por qué escribir reglas que los aborígenes ni entendían? ellos no sabían español. Además, no tenían opción o se convertían al cristianismo o serian esclavos, así que muchos de los aborígenes ni se imaginaban lo que estaba pasando. Cortés y los demás encomenderos lo tomaron como, según ellos, rebelión y pecado por parte de los indígenas y los llamaron herejes. Justificando que sólo aprenderían a la fuerza y con violencia. La excusa perfecta para disculpar sus actos en contra de los aborígenes. Es por eso que les van quitando poco a poco todo lo que poseían y lo que les sería de utilidad entre lo que estaban muchas especies, vegetales, aceites, semillas y muy en especial el oro que solamente causó una gran inflación en España. 

     Todo esto y más pudo haber sido peor de no contar con personas que valoraban las vidas de los aborígenes y no querían más injusticias. Uno de ellos Bartolomé de las Casas quien denunció las atrocidades cometidas en contra de los indígenas y nombro lo que pasaba como un genocidio, con todas sus letras. Es así como un imperio pasa a ser una población de salvajes en los ojos del poder imperialista que quiere todo bajo su poder. Lo que no entienden es que el poder cambia todo y destruye todo a su paso. Por eso la Nueva España sufrió daños irremediables, consecuencias que se hacen sentir hoy porque la historia se repite. Todo acabó y lo que queda sirve de experiencia, no para cambiar la historia, pero para ayudar a esas personas que hacen historia cambiar y tomar mejores decisiones. Afortunadamente, hoy en día se sabe lo que les pasó a muchas poblaciones indígenas y cómo el poder eurocentrista no les permitió seguir con sus civilizaciones que muchas veces eran más avanzadas que las europeas. Sin duda, nada quedo de esas tierras sagradas que existían para ser cultivadas y no para destruirse y mutilarse. Desgraciadamente el poder imperial triunfó. Pero bien lo dice Todorov, “el encuentro nunca volverá a alcanzar tal intensidad, si ésa es la palabra que se debe emplear: el siglo XVI habrá visto perpetrarse el mayor genocidio de la historia humana,” y eso no se puede cambiar. Lo bueno es que ya lo sabemos y lo que sí podemos cambiar es nuestro futuro tratando de no repetir el pasado.


Sección de Opinión: Thania Muñoz

"Yo opino..."

     La nostalgia es un tema que siempre me ha parecido muy interesante y valga la redundancia, sumamente triste. Los inmigrantes en especial tendemos a ser nostálgicos. Recordamos con frecuencia los años de la infancia, a nuestros abuelos, tíos, primeros amores, mejores amigos y hasta el rinconcito de la esquina en donde vendían los mejores helados. Parece que algo nos sucede por dentro cuando cruzamos la frontera o en muchas casos las fronteras. Es una profunda nostalgia que algunos combaten con borracheras que desencadenan sus lenguas, hablan sin parar de su infancia y llaman a la casa de sus abuelos, sabiendo de antemano, que tal vez ya nadie les va a contestar.

     Para unos la nostalgia es algo pasajero, ya que tienen la oportunidad de volver cada año de vacaciones a su país. Se gastan el dinero que no tienen en regalos para presumir que les ha ido muy bien y que son extremadamente felices, aunque al regresar se enfrenten a la dura realidad del dinero plástico.
     
     Para otros, la nostalgia es interminable, es caro y peligroso cruzar la( s ) frontera (s). Así que se pasan las fiestas de fin de año y veranos sin sus seres queridos. Viendo fotos, cocinado su platillo favorito y convenciéndose que todo el sacrificio vale la pena, que algún día serán felices y vivirán en el lugar que aman, sin fronteras, sin miedos. Se aferran a ese pensamiento en las horas interminables del trabajo, donde se enfrentan a discriminación, un sueldo mínimo y vuelven al tufo de su diminuto departamento.

     También están los jóvenes en las preparatorias y universidades que viven con el temor de ser deportados, sin tener la oportunidad de terminar sus estudios. Probablemente hay filósofos o escritores que han escrito acerca de esta tema de forma más elegante y profunda, yo por mi parte lo único que puedo afirmar es que me he codeado con seres llenos de nostalgia, lo suficiente para poder afirmar: que la nostalgia duele.

     Lo veo en los rostros de mis coterráneos u otros latinoamericanos que cortan el pasto en alguna casa elegante, con machete en mano, pero pensando en sus hijos y esposa que siguen en algún lugar de Latinoamérica. Lo veo en los rostros de los hinchas en el Home Depot Center donde ven a las chivas del Guadalajara, al América, a la selección de Guatemala o la de Chile; hombres y mujeres que se reúnen a echar porras de este lado cuando en realidad lo que les gustaría sería estar haciéndolo en su estadio nacional. 

     Duele, porque no sólo tienen que lidiar con esas lagrimas en la madrugada o cuando ven su bandera mecerse en la televisión en celebraciones de independencia. Sino que tienen que esconderse, sufrir de discriminación, darse una rápida vuelta en U cuando ven un retén policial en la esquina de la Beverly y Garfield, comprar un seguro social falso para poder trabajar y mandar remesas; ahorrar para pagarle al coyote y así traer a su esposa e hijos. Veo esa nostalgia y dolor en el rostro del viejo ebrio que pide una moneda en la salida de cualquier tienda y que entre sollozos dice, “Linda, deme pa’ el camión. Yo mejor me regreso a mi pueblo, Dios se lo pague”.

     Lo veo en rostros, que no son nada "aliens" o ilegales. Hombres y mujeres que llegaron aquí por distintos motivos, pero que al cruzar esas fronteras se bañaron de nostalgia. Esto es sólo mi opinión. Sin embargo, cuántas veces no has comprado un raspado en la Placita Olvera, te has sentado en el coliseo de Los Ángeles o has visto una fila de personas que les están pidiendo su identificación y al verte en el retrovisor te das cuenta que tu rostro al igual que el de ellos está invadido de tristeza. 
     





28/7/08


Hola:
Por falta de contribuciones literarias no pudimos tener una edición de verano, pero Septiembre parece traer otros vientos. No esperes más y se parte de la edición otoñal, fecha límite: 1 de septiembre, 2008.
Ciudad Universitaria

18/5/08

Segunda Edición-Bienvenidos

La segunda edición de Ciudad Universitaria, ¡ya está aquí! Tal vez no la deberíamos llamar edición, sino, número, volumen, “issue”, sesión o renovación, no sabemos. Esto del Blog es algo nuevo, así que tendremos que inventarle un nombre, ¿no? ¡Colaboren! unan vocales y consonantes al azar, mezclen los colores primarios con los secundarios, a lo mejor sale algo, inventen un sustantivo que vaya con la página, pero mándenos sus ideas, esto es creación colectiva, todas las ideas serán consideradas y probablemente serán aprobadas por unanimidad.

Por lo pronto ésta es nuestra segunda edición y tenemos de todo: un cuento de un gatito, otro de una abuelita, una interesante reflexión, poemas a lo Neruda y Darío, reseñas de películas y sin faltar lugares que valen la pena visitar. Lean y relean. Sus compañeros tuvieron la valentía de compartírnoslos. Aunque, quizá es el clima que ha causado insolaciones, cansancio, resfriados, etc. Lo que verdaderamente importa es que ellos se tomaron el tiempo de mandarnos sus escritos, y de exponerse a nuestras terribles críticas, lo menos que podemos hacer por ellos es leerlos. De parte de Ciudad Universitaria y AEE se los agradecemos.

Se viene el verano (mas bien parece que ya llego) y con él vienen graduaciones, clases de verano, salidas a la playa; pero para otros nada cambiará, el trabajo, la escuela, manejar con el aire acondicionado, las paradas con el vendedor de fruta, la gasolina por las nubes y sin faltar la larga espera para comprar los smoothies en la universidad. Cada loco con su tema, pero nosotros queremos hacer un paréntesis para felicitar a Samantha López por haber ganado el reconocimiento de presidenta sobresaliente del año por AEE, también felicitamos a Suzette González, Moisés Albarrán, Mauricio Williams, Jorge Álvarez, Aline Escudero y Lizbeth Villa por su graduación. Sabemos que van a tomar caminos distintos, pero los felicitamos por alcanzar sus metas y les deseamos mucha suerte. A todos los demás, nos vemos en el verano o hasta el otoño. ¡Sobrevivimos un trimestre más!

Atentamente:

Ciudad Universitaria

Luis Vargas- Humor que pica, ubica, reivindica y califica

   Doctor, le dije que iba a enviarle un e-mail y aquí estoy. Empecemos desde el güevo (huevo…Ad ovo) para entender mejor lo que usted y yo tenemos en mente como indio puro o impuro. Dice el librito de historietas fantásticas que se llama Biblia, que en el principio sólo era un hombre (este sí pudo haber sido puro) y luego le sacó una costilla y la convirtió en su vieja, pero como yo no creo en chingaderas dejemos este pinche libro por un lado. Otros chismosos dicen que la raza humana se originó en África hace un chingo (muchos) de millones de años. Bueno, si eso es cierto no sé por qué todos no somos de un mismo color. Bueno, que según el hombre se adaptó a todo su medio y de ahí que la piel o su color cambió. Usted me conoce que soy muy serio y pienso entonces que los chinos quedaron así porque en su travesía por Asia les picaron una avispas en los ojos y quedaron con los ojos de rendija…. Prosigamos….que el último invierno mundial congeló un estrecho que se llama Bering, si no estoy mal…..y los mugrosos nómadas se metieron de este lado, porque antes eran del otro lado……..de ahí los nómadas se dirigieron hacia el sur. Otros chismosos dicen que la primera cultura o pueblo de América del que se tiene datos fue la Olmeca, creo que no necesito decirle todo esto pues ustedcito es doctor y se ha de estar rascando la pelona con mis palabras. 



   Bueno, aquí es en donde empieza un mestizaje, según yo, porque en Mesoamérica cohabitaron otras culturas, los toltecas, chichimecas, teotihuacanos, tlaxcaltecas, totonacas, mayas, zapotecas, mixtecas, mixes y toda esa gama de razas indígenas que mucha gente ni conoce o ni siquiera han oído mencionar. Si tomamos en cuenta todas esas culturas o grupos étnicos, lo lógico es pensar que los indios se cogían a las indias, ya fueran de su grupo étnico o no (tal como sucede en nuestros días
) y ese es un tipo de mestizaje si tomamos en cuenta la acepción más general de la palabra mestizo…de mezcla. Tomando en cuenta ésto, los indios eran mestizos pero entre ellos y podríamos decir que su raza era india, mestiza pero india, así como los pinches gachupines se dicen blancos pero que también son mezcla de no se cuántas razas de Europa. Con este razonamiento entonces nadie es puro o la acepción de pureza queda desplazada por la de mestizaje de razas con características similares originales de una región…según yo y mi pinche razonamiento…porque creo que mi cabeza de pera si me funciona a veces…..Ahora….cuando yo digo que soy puro quiero decir que soy indio, mezcla de razas indias del viejo México, específicamente de los zapotecas, mixtecas, mixes y otros grupos étnicos que estuvieron aislados desde la conquista al irse a las montañas para no ser conquistados por los gachupos, hasta que al pinche gobierno se le antojó abrir carreteras a los pueblos de todas las montañas de Oaxaca, y que por cierto, en los libros de geografía ocupan mapas no solo de Oaxaca sino de otros lugares y en esos mapas nos dicen que hay carreteras, no brechas, sino carreteras con pavimento y todo, cuando en realidad muchas de esas carreteras son brechas inconclusas o apenas brechas en donde los camiones o autobuses se tienen que hacer a un lado para que el otro pase. Lo que quiero decir es que muchos pueblos de Oaxaca, no del valle, sino de las montañas, tenían su contacto con el mundo si salían a pie y llegaban a Oaxaca o a algún pueblo que fuera distrito para arreglar asuntos jurídicos. El atraso y aislamiento ayudó a que muchos de estos pueblos no se mezclaran con gente de otras latitudes sino que con la que estaba inmediatamente cerca y ni aun así, porque los indios de Oaxaca sienten celos de su raza y tratan de no mezclarse. Los Mixes no se quieren mezclar con los zapotecas y los zapotecas no se quieren mezclar con los mixes o los del valle, aunque esto ya está cambiando porque lo que los indios quieren es coger y nada más. El pueblo de mis jefes está a unos 200 k. de Oaxaca, creo, o pueden ser menos. Mi madre y mis abuelos tenían que caminar unos tres días hasta llegar a Tlacolula; que es un municipio grande en el valle, a unos 26 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Sólo que a mi madre se la atravesó el pendejo de mi padre….aaayyyyy….a ese hijo´e la chingada ya lo perdoné……. 
   Entonces cuando yo digo que soy indio puro me refiero a que soy de raza india y no tengo en mis venas sangre de esos pinches europeos. Cuando vaya a Oaxaca y si se adentra a los pueblos de las sierras verá que las facciones de nosotros los indios nos hacen recordar los libros de historia mexicana en donde ve uno dibujos o fotografías de relieves con rostros de indios, pues bueno, usted verá la semejanza de rasgos…y además…¡¡¡¡¡¡¡cuando yo digo que soy indio es porque soy indio y si quiere usted el lunes nos matamos a la hora del examen…!!!!!!!!!
Doctor, responda este e-mail y corríjame si estoy mal…no me voy a enojar…al contrario quiero aprender y por eso estoy en la universidad, para saber la verdad….que ya después uno diga cosas que convengan y que uno distorsione la verdad para no lastimar o agredir u ofender…eso ya es otra cosa….pero yo quiero aprender…tampoco quiero que me dé mi avión ( para que me vaya a la chingada o que me dé por mi lado o me diga sí para que ya no chingue más)…..si ustedcito cree que yo estoy bien pinche pendejo, también dígamelo…le prometo que no me encabrono, al contrario, saldría yo de dudas o de desencanto. He dicho….sin más parlamentos me despido de su merced y que tenga un buen fin de semana….

Hasta el lunes

Suzette González-El gatito solitario

   Había una vez un gatito que se llamaba Micifuz y vivía en un albergue para animales en proceso de adopción. Micifuz era un gatito de tres meses de edad, con ojitos de color gris y pelito negro.
   Micifuz llevaba una vida triste porque los otros gatos se burlaban de el, decían que era feo y que nadie iba a adoptarlo porque se decía que los gatos como él atraían la mala suerte. A consecuencia de esto nadie quería jugar con él. El pasaba sus días lamiéndose su carita, sus manitas, en fin todo su cuerpecito con el afán de cambiar de color y a la vez su suerte. Esperaba que alguien llegara y viera más allá del color de su piel y las supersticiones que eso conllevaba. Él pensaba que si él fuera como Garfield, rubio, gordito, pachoncito y con una naricita rosada, entonces también a él lo adoptarían.
   Un día el se despertó lleno de optimismo. Decía que ese día iba a ser su día, que ese día lo iban a adoptar. Se arregló más de lo acostumbrado, prestando especial atención a su carita y sus manitas para poderse ver más radiante que nunca. Las horas pasaron lentamente, gente entraba y salía, gatos iban y venían y él seguía esperando. La tarde se fue y con ella las ilusiones de ser adoptado.


   Al día siguiente Micifuz no quería despertar, estaba deprimido y sus ojos grises denotaban una enorme tristeza. Pensaba tirar la toalla, se sentía frustrado y se preguntaba “¿Por qué no me quieren? ¿Por qué no pueden ver más allá de mi piel?”. Decía “Si a mí me adoptaran, yo no fuera como los otros gatos. Yo no sería egoísta, yo amaría a mi amo incondicionalmente y le sería más fiel que un perro y un caballo juntos”. Pero ese día tampoco tuvo suerte y entonces empezó a creer todo lo que los otros gatos le habían dicho. Entre más tiempo pasaba, Micifuz se iba resignando a la idea de no ser adoptado.
   Pero el día menos pensado, llegó una mujer al albergue y caminó entre los pasillos viendo a los gatos y ninguno le tocó el corazón. Resignada a regresar a casa con las manos vacías, le preguntó al encargado ya casi a la salida si por casualidad tenían un gatito de pelito negro y ojitos grises. Le comentó la señora que lo buscaba porque de niña había tenido un gato llamado Missy que sus papas le habían regalado y era de esas características. El encargado le dijo que estaba de suerte y la llevó hacía Micifuz.
   Cuando Micifuz vio a la señora enfrente de su jaula no lo podía creer y mucho menos cuando ella le empezó a decirle cosas bonitas. Ella le decía “Por fin te encontré, eres exactamente lo que buscaba. Un gatito hermoso, con pelito negro brillante y con ojos grises llenos de amor”. Pero Micifuz, solo se le quedaba mirando con cara de confusión, él no entendía porque ella le estaba diciendo tantas cosas bonitas porque nadie nunca se había expresado así de él, hasta llegó a pensar que estaba soñando. Desp
ués cuando la señora lo tomó en sus brazos y lo llevó a su casa Micifuz se dio cuenta que su máximo sueño se había convertido en realidad. Micifuz al fin tenía un lugar, al cual podía llamar hogar. Allí nunca más volvió a sentirse feo, es más nunca se había sentido tan bello en toda su vida y tan feliz en su piel. Hasta entonces, comprendió que él tenía que quererse y aceptarse como era y no dejar que el color de su piel lo hiciera sentir menos.

Raúl González

   La bailarina daba vueltas. Una tras otra. Era la reina del lugar. Todas las miradas fijas en ella. Su acompañante, con traje azul, era invisible fuera de la luz que caía sobre ella. Llevaba un color rosa, pero no un rosa aniñado, sino un rosa de mujer, de diosa. En esos momentos el ruido no existía. Sólo existía ella. La luz también era invisible frente a los ojos de la bailarina que iluminaban todo. Y yo, que la odiaba recordé por qué la quise tanto, por qué aún la quería. Nunca le pude escribir la carta de despedida que le quise escribir, sino que le escribí, mejor dicho,                                                                                                                                                                         
le entregué mi corazón lleno de rencor, de dolor, de rabia. Podría haberla odiado toda la vida, pero en esos momentos la abrasé con todas mis fuerzas, como la había abrazado tantas veces. La miraba desde lejos, desde el otro lado del salón, pero la sentía tan cerca. Le sonreía y de nuevo era feliz, pero ella no me miraba. No sabía que yo estaba allí. Ella sólo bailaba y daba vueltas. Una tras otra. Como cenicienta, como una princesa que había encontrado su príncipe azul, como una doncella que desconocía todo el mal que yo le había enseñado, sin esas lágrimas que a mi lado había llorado. Como si hubiera olvidado todo lo que había vivido conmigo, y por eso tal vez la odié, porque ya no sufría tanto como yo. Al terminar de tocar la orquestra y cuando el lugar se sumergió de aplausos, quedándome con las ganas y con la pistola en la mano, salí a enfrentar la noche empapada y a empaparme de la única compañía que me quedaba, la soledad.

Antigua Cultural Coffee House


El Antigua Cultural Coffee House, localizado en la ciudad del Sereno, es un lugar espacioso y ameno para conocer gente nueva o simplemente para esconderte detrás de un Maya Mocha Latte, mientras estudias para las clases. En éste lugar, durante las semanas previas a los exámenes finales, te encontrarás a varios estudiantes de CSULA; ya que el local se mantiene abierto hasta altas horas de la noche, preparando cafés cargados, sándwiches de jamón, de “guajolote”, vegetarianos o deleitándote con sus deliciosos panecitos. Además de ser un lugar muy cómodo para las largas noches de estudio, de proveer conexión de Internet inalámbrica gratis, Antigua también organiza eventos culturales, ya sean musicales, o proyecciones de películas y documentales. Excelente para esos días que tengas ganas de pasar un rato agradable y relajado.

Los dueños de Antigua Cultural Coffee House, en su afán de traer el mejor café guatemalteco a Los Ángeles, se aliaron con los dueños de una finca en Santa Elodia, Panibaj en Guatemala, ofreciendo así lo mejor de lo mejor a sus clientes. La familia García, los dueños de la plantación, se esfuerzan día a día para mandar a Antigua su especialidad: el grano de café, Arábica. Este tipo de grano Guatemalteco es reconocido mundialmente por su suave sabor, aroma intenso y por su distintivo sabor a cacao. Los cafés y el sabroso té verde de Antigua son orgánicos y estrictamente centroamericanos.
Te invitamos, antes de que se termine el trimestre, a Antigua Cultural Coffee House, porque como dicen por ahí, “las penas con pan son buenas” y con una taza de café guatemalteco mucho mejor.

Agradecemos  a Jorge Álvarez,
sin él no conoceríamos de este lugar.


4836 Huntington Drive South
Los Angeles, CA 90032
http://www.antiguacoffeehouse.com

Rincón Poético

Jesús Gastelum

Bruta Mariposa

Tú! Tirana: brusco acero sangrío atravesado sobre mi alma.
Tu poema es una liza en el alba de mi corazón sombrío.

Ay! Me derriba sin tregua el delirio de tu nombre audaz.
Es un lamento que tenso galopa sobre mi sangre.

Turbulencia matutina de mi nave ingenua!
Monarca sanguínea, me tienes el corazón revuelto de espinas.
Fue mi pena quien desvistió los árboles en otoño.
La tempestad aún azota mis palabras que torcían sobre tu alma.

Bruta mariposa, sucumbes la flor que te anhela.
Te fundes de su amor enmarañando lástimas.

En el río de la ilución, el fulgor de mi estela no resplandece.
Y en la marea del olvido naufraga de revuelo un jacinto herido.

Oh, turbio pozo donde desemboca la furia obstinada de mi cascada.

Melancólico anhelo mío. Lenaja mía. Tristeza mía.
Abandonada por el otoño. Poseída por el invierno.
Madeja de angustias. Mi indeleble invierno.
Oh, arruinado desierto que cruzé de la manera más hirsuta y débil.

Al crudo remanso anuda el abrupto estero.
Por el bosque se desviste el viento que mi lamento hiere,
Y olvida hojas secas frías en la puerta del dolor.
Un ansioso río de sangre cruza la costa de mi corazón.

Y por el ocaso se va venciendo el sol como un hombre herido.
Bruta mariposa. Atracan en ti las tinieblas del espanto.
Frívola aun entre tu niebla temprana.
Eres una trémula barca en los océanos de mis fobias.


El Encanto


Niña, diáfana como la aurora en las espigas.
Estival del amor, el prado que torna las dalias,
silente espesura de fontanas, terso pensamiento castaño.
Aun tus campanas no suenan y ya por ti mis ríos corren.

Ah, la azucena de tu sonrisa que danza sobre mis corazas.
Ah, enmaraña tus canelas manos en tu bruna melena.
Tu desnudas mi corazón ebrio, niña tan sutil y taciturna.
Y mi ilusión se va tiñendo con el matiz de una amapola.

Témplame la noción con la gracia de tu arco.
Tus pardos ojos doblan como dos campanas de ámbar,
y germinan desde el crepúsculo las prímulas alondras de mi alma.
Y una luciérnaga me susurra que tu eres la más bella.

Eras la esencia de una corola tardía en la copa del encanto,
el rumor delirando en el frenesí de las olas vespertinas.
Oh! Flecha de estupor que el amor atravesó sobre mis alas
como una ráfaga magnética electrizándome las entrañas.

Sobre mi regazo trepan las enredaderas de tus raíces.
Oh soñolienta y acogedora doncella de un sendero solitario
por el cual mis sueños atajan para llegar a ti en el rocío, y así entre
las redes, librarte como una mariposa en el firmamento de la luna













Melina Sánchez
“Dos”

Nuestra soledad
es la
que se
vive día
a día.

La que
nos consume
poco a
poco. Pero
qué hacer
sin ella.
Y qué
hacer con
ella.

La solución
sería olvidarla,
pero cómo
hacerlo si
la soledad
somos nosotros.

___________

Eme

La botella

Fíjate en la botella de cerveza,
y te darás cuenta:
que ilógico resulta negarte a besarme.
Primero vos tomaste de ella,
y ahora yo pongo mis labios,
donde los tuyos
hace un momento estuvieron...
Sin duda que en este momento en la botella,
nuestras salivas juegan.
Eso me parece inaudito,
que un objeto inanimado
disfrute lo que yo tanto he deseado.
Ahora parece hincharse de orgullo la botella,
y pareciera burlarse de mi desgracia.

!No te vayas!
A este punto se puede asegurar
que nos hemos besado,
talvez hasta amantes podamos considerarnos.
Ya que nuestro ADN ha jugado a la Rayuela,
en la boca de la botella.
Pero, !No rompás la caguama!,
no ves que nuestra luna de miel,
se consume en ella.

¿Porqué la tirás al piso?
A pesar de ser la culpable,
no merece tal castigo.
Ahora por el suelo rodará nuestro ADN,
como un bastardo solitario.
Te reís y me llamás loco,
pero date cuenta,
que ahora negarme tus labios,
es simplemente ilógico.

Pero no te enojés,
Ya, calma,
al más no haber,
destapá otra caguama
que me muero por besarte otra vez.



Parodia Nerudiana # 15


Me gusta cuando hablas porque eres omnipresente,
y tu voz me persigue constantemente.
Parece que tu mirada despertara a la curiosidad,
y que ni un beso sería capaz de cerrar tu boca.

Como todas las opiniones emerges de lo más profundo,
de otro mundo, de la tesis, de la antítesis,
parlanchín rayo de luna, eres única,
y parece que nunca semejarás a la palabra síntesis.

Me gusta cuando hablas y saltas de rama en rama,
y estás como analizando, opinión alocada,
y hablas desde todo punto y la voz no te alcanza,
déjame, por siempre, sobrevivir en tus palabras.

Déjame remojar mi espíritu en tu canto.
estrellado como la noche, complicado como un martillo.
Eres como el día, apalabrado y sencillo,
tu voz es de sol, completamente llena de brillo.

Me gusta cuando hablas porque eres omnipresente,
vibrante y amorosa, llena de vida.
Un segundo de silencio entonces, una sonrisa embelesante,
son suficientes para toda la vida seguir escuchándote.




Melina Sánchez


EL ORFANATO

Guillermo del Toro nos presenta una película escalofriante llena de misteriosos juegos infantiles, donde el inmenso amor de una madre no tiene límites. Todo empieza cuando la protagonista, Laura (Belén Rueda), decide comprar la casa que antiguamente era el orfanato donde ella creció. Ella desea utilizar la casa para ayudar a niños incapacitados sin imaginar lo que sucederá. La película nos lleva a un viaje por la vida de una madre desesperada por recuperar a su hijo. Tomás, hijo de Laura, se ve envuelto en inocentes juegos de fantasía que se tornan cada vez más reales. Laura deberá luchar contra los espíritus del pasado antes de que se lleven todo lo que ella ama. El orfanato, es una película que nos trasporta a un mundo terrorífico que gira en torno a la desaparición de Tomás, ya que la única forma de encontrarlo es enfrentándose con los niños huérfanos que se resisten a dejar el orfanato. Laura nos hará vivir, más que horror, el inmenso amor de una madre hacia sus hijos y lo que es capaz de hacer para salvarlo.

El laberinto del fauno, dirigida por Guillermo del Toro, es sin duda una de las mejores películas de los últimos años. La historia toma lugar en el año 1944, donde tras la victoria de Franco el capitán Vidal, un hombre cruel del ejercito franquista, tiene la misión de acabar con los hombres de la resistencia republicana que permanecen escondidos en las montañas. Entonces traslada a su esposa embarazada y a su hijastra Ofelia a un pueblo pequeño donde se encuentra situado su centro de operaciones. Ofelia no siente cariño por su cruel padrastro y se siente sola. Una noche, Ofelia, descubre un oscuro laberinto donde se encuentra con un fauno que le dice que ella es en realidad una princesa y que él la ayudará a regresar a su reino. Eso es lo único que mantiene a Ofelia con esperanzas, ya que el fauno promete ayudarle a ella y a su mamá. Más que cualquier cuento de niños, El laberinto del fauno, presenta el trauma que se vive durante una guerra y las vidas que se pierden por tanta violencia infundada y nos enseña además un mundo imaginario, que desgraciadamente, se va perdiendo a través de los años y que solo una niña como Ofelia conserva.

Lely Rouillón




Todo sobre mi Madre es una película ganadora del Oscar a la mejor película extranjera en 1999. Es una película de género dramático que fue dirigida por Pedro Almodóvar y se filmó en las ciudades de Madrid y Barcelona – España. Entre los personajes que la protagonizan se encuentran Cecilia Roth (Manuela) Penélope Cruz (hermana Rosa) Marisa Paredes (Huma) Candela Peña (Nina) Antonia San Juan (Agrado) y Eloy Azorin (Esteban) Es un drama protagonizado primordialmente por mujeres y los hombres que forman parte de ella, también tienen un papel femenino. Se puede decir que en esta película, se ve el valor que tienen las mujeres, para salir adelante y se aprecia la solidaridad mutua de las mismas. Han trascurrido casi diez años desde que se filmó la película, pero Almodóvar nos presentó problemas de la sociedad y los prejuicios que existían, que lamentablemente, a pesar del tiempo transcurrido y de lo liberal o conservativo que pueda ser la sociedad, estos problemas aún existen.

7/4/08

Ciudad Universitaria


Hace días que la ciudad nos llamaba enigmáticamente, nos exigía algo, siempre la veíamos, empapada de smog, o reluciente después de una mañana lluviosa. Pero sólo la veíamos, de lejos, distante, ella siempre fría e imponente. No sentíamos que nos pertenecía, no nos sentíamos parte de ella. Siempre deseábamos escapar, la odiábamos, la culpábamos de lo que pasaba en nuestra vida, eso, sin conocerla, sin esculcarla, sólo con verla a lo lejos, sólo porque sabíamos que estaba ahí y que su nombre era el culpable, sí, el culpable de nuestro arribo, de que hubiéramos dejado otra ciudad, tal vez más linda que esta, pero eso creíamos, ya no.


¿Cómo se puede decir que se vive en una ciudad sin realmente conocerla?, sin haberla vivido, ¿Cómo afirmar?, “Sí, yo vivo en Los Ángeles” sin haber rasgado su asfalto, sin haber recorrido sus calles, sin haber conocido sus secretos, sin dedicarle un día sólo para ella, para mimarla, para enamorarla. No cuenta que la veas al pasar desde tu auto, desde la carretera, con el aire acondicionado a todo vapor, las ventanas cerradas y las bocinas retumbando alguna vieja canción de rock. Eso no es suficiente, no puedes dignarte a decir que la conoces; Es pecado, blasfemia, falta de respeto a tu casa, es como escupirle en la cara a tus mejores amigos y al mismo tiempo decir que los quieres, presumirlos y afirmar que son simpáticos y buena onda, que siempre han sido tus amigos, “best friends forever”. 


Hay que quererla por lo que es, por esa ciudad que nos ha dado tanto y que nos seguirá dando. No sólo por el trabajo, trabajar en algunos de sus edificios es satisfactorio, te alimenta, pero el hecho de que la ves, que la sientes, que sabes que está ahí, incondicionalmente, que la mencionas cada vez que te preguntan ¿De dónde eres? ¿De dónde vienes?, entonces qué hacer, qué decir. Seguir negándola, decir que es sucia, horrible, que está llena de gente, que el servicio público es pésimo, que el estacionamiento es carísimo, que siempre hay tráfico y que te enfadan las calles de una sola dirección. 


¡No!


Recórrela, aprecia sus calles, sus edificios, sus monumentos, su gente. A esa gente que la recorre todos los días sin quejarse. La que trabaja ahí y la ama por ser su sustento diario y también a los que creen que están estancados en esta ciudad sucia, pero que si estuvieran fuera de ella, no estarían cómodos, siempre pensarían en ella, con malos o buenos recuerdos, no importa, la añorarían. 


Ella es parte esencial del nombre de nuestro sitio, una ciudad, nuestra ciudad, una universidad, nuestra universidad, las dos palabras las hemos amalgamado, mejor dicho las hemos emparejado, con el único propósito de vivir en las dos, en un mismo respiro, en un solo instante, vivimos en esta, nuestra Ciudad Universitaria. Hay otras universidades que también tienen su nombre, pero eso es lo de menos, esta es la que nos pertenece, la que conoce nuestros nombres, a la que venimos cuatro, tres o dos días a la semana, la que adoramos cuando nos va bien y odiamos especialmente durante la semana de exámenes finales. Unos las han recorrido por ustedes, otros las han poetizado y algunos las han captado a través del lente, a las dos a la ciudad y a la universidad.


Ellas no esperan nada de nosotros. Pero nos hemos dado cuenta, que aunque a la ciudad la sintamos lejana, aunque sólo la veamos después de un día lluvioso. Al haber recorrido sus calles, palpado con nuestras yemas sus edificios, pisado y ensuciado con nuestros zapatos sus callejones, ya no la creemos culpable, ni por haber nacido aquí, ni muchos menos porque el azar nos haya traído a ella.


La universidad por su parte sigue siendo nuestra casa, dentro de la otra casa. Dentro de la más grande, por eso, eso de Ciudad Universitaria, aunque ya haya estadios de fútbol que se llamen así u otras universidades que aclamen el mismo nombre. Nos lo hemos adueñado, lo hemos usurpado, y qué, al igual que los otros lugares, también nos lo merecemos. Así que esta es nuestra Ciudad Universitaria. Te invitamos a que la explores, la camines, la admires y que te enamores de ella, nosotros, por nuestra parte ya lo hicimos,

¿no te da envidia?



Thania, Henry, Elo

Anónimo

Fuimos arrojados, exiliados hacia ti. El mundo nos expulsó y en tu soledad nos ha tocado renacer. Ciudad nuestra, madre de los marginados. En ti los nadie, ganamos identidad. Cuando la patria de nuestros padres nos dijo que ya éramos muchos como para seguir siendo parte de ella, tú nos rescataste, tú nos adoptaste. Cuando el páramo del Este, que intento devorarte, se dio cuenta que tampoco le pertenecíamos y nos echó sin piedad, tú nos protegiste.
En ti como el fénix, volvimos a la vida. En ti crecimos y en ti nos dimos cuenta que nadie mas nos comprende. Ahora no soy ni del norte ni del sur. Ahora soy de ti y solo tú entiendes quien soy. Solamente tú comprendes mi congoja, mi eterna nostalgia. Únicamente tú entiendes esa desesperación que tus hijos tienen de encontrar su identidad y toleras que no nos demos cuenta que esa búsqueda será en vano, ya que solo en ti somos y seremos.

Todo intento de descubrirnos fracasará. En ningún diccionario encontraremos nuestra definición. Las demás sociedades no se preocuparon en darnos un nombre, así que aceptamos como propio los nombres que sobraron. De esa manera, por mucho tiempo, vagamos sin identidad, intentando ser parte del mundo. Ahora sabemos que nuestro lugar está en ti. Todo lo demás pertenece a un ciclo interminable de vida, del que nunca fuimos y nunca seremos parte.

Nosotros no nos formamos de los mismos pilares que todos los demás. Somos distintos, nadie sabe quienes somos. A veces ni nosotros mismos lo sabemos. Y al mirarnos desde afuera, intentando encontrar un poco de Aristóteles en nuestras creencias nos damos cuenta que estamos buscando en el lugar equivocado. Nadie se percata que ya no somos una ciudad, sino una patria. Que ya somos una cultura nueva y no una mezcla de muchas.

Por ahora hablo un idioma que fue inventado hace mucho tiempo, mucho antes que yo. Pero ahora parimos nuestro idioma, para que el mundo se lo aprenda y lo acepten como otro dialecto. Nuestro idioma ya no es la mala mezcla de dos idiomas, sino la creación de una nueva gramática con esencia propia.

Cuando el universo nos exilió a ti, nunca se imaginó que creceríamos hasta tener un alma propia. El universo nos echó de si pensando que siempre mendigaríamos ser parte de él. El universo nunca creyó que algún día pensaríamos echarlo de nosotros.

Ya crecimos, ya somos. Algunos siguen aclamando una reconquista, una revolución, sin darse cuenta que ya nos hemos independizado del universo que creía nos iba a mantener atados para toda la vida.